La marca personal en Internet

Hay diversas presentaciones muy interesantes en Slideshare que recomiendan acciones para llevar adelante la propia marca personal. Los animo a que ingresen y busquen allí que hay varias que pueden servir (luego haré una lista de algunas que me gustaron más que otras).

Quisiera resumir algunos puntos destacados para tener presentes al momento de pensar en mejorar, posicionar, potenciar la propia marca en la Web:

Es difícil encontrar a alguien que hoy piense en crear sus perfiles en Internet. Es decir, alguien que no tenga nada y que si uno lo busca en Google, no exista.

Sería recomendable tener una misma foto en todos los perfiles Web, para que cualquiera que busque, encuentre siempre una foto elegida por nosotros, en la que estemos medianamente presentables.

Lo mismo ocurre con el nombre. El nombre de usuario debería ser el mismo dentro de lo posible en todas las redes. Este planteo es teniendo en cuenta que se busca tener un perfil profesional en Internet. En caso de que no se persiga eso, podemos tener un nombre para las redes profesionales: Twitter y Linkedin y otro nombre en Facebook. Por ejemplo: ser @juanalvarez en las dos primeras y juancitoalvarez76 en Facebook. Ahí es muy importante saber a quiénes tendré como amigo y cuáles serán mis requisitos de privacidad.

Resulta fundamental tener presentes tres temas centrales: 1) Los reclutadores de talentos buscan en Google antes de una entrevista para tener algo más de información de la persona. Esto no implica contratación o desestimación, pero sí va a influir seguramente 2) Los periodistas buscan en Google antes de escribir sobre una persona. A veces ilustran notas mediante las fotos públicas de las personas en sus perfiles en redes sociales 3) Antes de cualquier reunión, es muy probable que la persona con la que vayamos a reunirnos haga el ejercicio de googlear nuestro nombre para saber al menos cómo es nuestra cara y qué estudiamos.

Frente a estos 3 simples escenarios, toma aún mayor relevancia el cuidado de nuestra imagen en la Web. Uno debería ser consciente de qué es lo que sube y qué deja de publicar en Internet. También debería tener presente en los horarios en que lo hace. Si la mayoría de tus publicaciones son durante el horario de trabajo, seguramente habrá gente de generaciones anteriores que considerarán que no estás trabajando y te estás dedicando a jugar en la Web. En cambio, las generaciones actuales y las futuras van a considerar que su jefe está actualizado y que utiliza la red para generar relaciones, nuevos negocios y para promover las virtudes de la compañía. También podrán asegurar que sus líderes entienden las necesidades de las nuevas generaciones y que saben evaluar por objetivos y no por horas de permanencia sentados en una silla.

Al utilizar tu nombre propio, es difícil ampararte en el anonimato de Internet. Lo mismo ocurre cuando tenemos en cuenta el paso del tiempo. Hoy los adolescentes e incluso los niños ya tienen su perfil en redes sociales, los cuales permanecerán activos incluso cuando ingresen a la universidad o al mercado laboral. Hoy ya ocurre que algunos ejecutivos jóvenes tienen perfiles de Facebook en los que se pueden encontrar fotos de algunas de sus salidas nocturnas en su juventud o fotos en las que se los ve con copas de más. ¿Esto está mal?, Claro que no, cada uno hace con su vida lo que desea, el problema es desde el punto de vista de la reputación de la persona. Mucha gente tiende a prejuzgar al ver estas fotos y a diferencia de lo que ocurre en la vida “real”, en la que se comprende que uno fue joven y tomó de más en otro momento, en la Web la fantasía del presente eterno hace que una foto de hace 15 años parezca actual, porque está a un solo click de distancia.


Propongo tomar consciencia de la realidad de la Web como archivo de noticias de nuestra propia vida. Debemos ser nuestros propios editores y elegir a nuestros públicos. Recomiendo entendernos a nosotros mismos como un medio de comunicación propio, en el que tendremos secciones que leerán diferentes públicos, en el que habrá mejores y peores ejemplares, pero que serán una base de datos de nuestra propia vida.

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