Los contenidos: ¿Cada cuánto hay que postear?

He visto muchas estrategias que plantean que hay que postear todos los días y al menos 3 veces por jornada, además de incluir la moderación de los comentarios y el hecho de colocar “Me gusta” a los comentarios recibidos. Las máximas plantean esto como algo tajante y taxativo.

Como ya se irán dando cuenta, soy enemigo de este tipo de determinismo. Déjenme insistir en la importancia de escuchar a los públicos y responder a sus demandas.

En caso de que se publicara religiosamente 3 posteos por día y se hiciera todo lo que la máxima manda, podría ocurrir que nadie los leyera o que tuvieran una interacción cercana a nula. Como también podría ocurrir todo lo contrario, que esas 3 publicaciones fueran un suceso y causaran furor en las redes, logrando altos índices de participación.

Conozco empresas que publican más de 50 tweets por día y son exitosas y sus fans las adoran porque les “llenan” sus Time Lines con contenidos que les gustan. Y también conozco a otras que son odiadas porque publican 50 posteos en Facebook y les llenan los muros a personas que prefieren leer publicaciones de sus amigos de verdad y no de marcas.

Entonces, ¿Tiene algo que ver la cantidad de posteos con el éxito?, Claro que no. Lo que sí se podría afirmar es que si no posteas, nadie te leerá (creo que no descubrí la pólvora con esta afirmación). Pero también déjenme contarles que conozco mucha gente que incrementa sus followers y sus Me gusta cuando no publica absolutamente nada. Ahora bien, seguimos sin responder a la pregunta sobre la cantidad de posteos.

Armar un plan de cantidad y horarios de posteos puede darnos orden y ayudarnos a la hora de tener mejor organización interna. Por ejemplo, podríamos armar un plan simple que dijera: Publicaremos 4 posteos por día. Uno a las 8 AM, otro a las 12 PM, un tercero a las 3 PM y el último a las 6 PM. Además, el tercer posteo de cada día será para difundir otra de las plataformas propias de la compañía (si estoy posteando en Twitter, debería difundir el Facebook de la empresa. Si estoy posteando en Facebook, debería promocionar nuestro sitio web, etc.). Siguiendo con el plan, todos los lunes publicaremos contenidos sobre productos, los martes hablaremos de beneficios de RRHH, los miércoles realizaremos menciones a nuestras acciones en Responsabilidad Social Corporativa, los jueves efectuaremos publicaciones sobre búsquedas laborales y los viernes lanzaremos concursos.
Ahora sí, ¿Con esto consigo el éxito y toda la Web hablará de mi compañía, tendré miles de followers y Me gusta?, Claro que no. Si fuera tan fácil, todos replicarían esta fórmula y serían todas las páginas iguales.

Para buena suerte nuestra, todavía existe un amplio espacio para la creatividad y para innovar. Como habrán notado, en este plan rudimentario y simple, nunca se pensó en el usuario. Está todo armado desde mirar el ombligo de la empresa y se cumplir con las necesidades de esta. ¿Dónde figura el usuario o el cliente en ese plan?, ¿Qué contenidos quieren que les difundan?

Nuevamente insisto en la necesidad de ser organizados y metódicos, para no caer en la “incontinencia posteal” (similar a la incontinencia verbal, pero con resultados que no son tan fáciles de borrar del historial, como ocurre con las palabras). Esta situación muestra aún más el estilo superado de comunicación. Aquella que era de una sola dirección, en la que las empresas decían todo lo que querían y la gente recibía esos contenidos de un modo principalmente pasivo.

Las compañías con “incontinencia posteal” publicarán y publicarán continuamente sin importarles si sus contenidos tienen lectura, si generan interacciones, si alguien los comparte, etc. Es decir, con que logren mostrar hacia adentro que se está diciendo todo lo que el Directorio quiere que se diga, estaremos bien hacia adentro. Cumpliendo esta lógica, no se consiguen grandes cambios, sólo seguimos mirándonos el ombligo, satisfaciendo necesidades internas, que no son las de los públicos o los clientes. Así lograremos futuro como empleados (al menos por un tiempo), pero será la empresa la que no tendrá futuro.

Adaptarse no implica ceder. Adaptarse es el primer síntoma de madurez en una organización. Implica registrar que hay otros, que existen diversas formar de ver las cosas y distintas demandas del entorno. Por ende, adaptarse requerirá un esfuerzo y será complejo, pero nos permitirá estar más cerca de los otros y de sus necesidades. Esto no será ser naif, sino que las compañías que entiendan a sus públicos, que estén cerca de su gente (tanto integrantes de la compañía, como públicos cercanos o clientes), sabrán cómo vincularse con ellos, para darles lo que demandan y así vender más y por más tiempo.


¿Alguna recomendación entonces?, Sí, postear a la carta, pero con la planificación contar con un menú del día.

Comentarios

Anónimo dijo…
Gustavo:
Es un tema que genera siempre discusión. No hay una fórmula que funcione a la perfección. Coincido contigo en que hay que escuchar y escuchar, evaluar el comportamiento del usuario, educar al cliente y de ahí accionar. En Panamá he vivido esta transición y al medir los resultados, vemos que hacer spam no nos asegura mayor conexión con los seguidores.

Un abrazo,

Lis
Gustavo Ripoll dijo…
Muchas gracias por tu comentario, Lis. Como sabrás, coincido plenamente.
Un beso,
Gustavo