Los públicos en Internet (parte 3)

¿Quiénes deberían recibir el informe de monitoreo?

El envío de esta herramienta de modo diario puede ser peligroso si está mal utilizado y si no se explicó adecuadamente su utilidad.
El monitoreo (principalmente el informe que consigna lo monitoreado) muchas veces consigue dejar en evidencia problemas que no queremos ver. Por ejemplo: Una mala atención a un cliente que tiene muchos seguidores en Twitter y publicó que le cobraron mal, que recibió una mala atención. Este tipo de menciones son frecuentes y podrían dejar en evidencia a diversos departamentos corporativos frente a sus pares y frente a sus superiores.

Como informe, se recomienda que no se lo utilice como una herramienta de poder o de presión para con los demás departamentos y mucho menos para enfrentar a diferentes áreas que podrían lanzarse las culpas al ver que un usuario se queja por algo.

La finalidad del monitoreo es preventiva y en segundo término, correctiva. Permite a las compañías corregir en tiempo real los problemas y evitar su escalada.

Generalmente el principal reclamo que tiene cualquier persona es el hecho de ser tratada como tal, de ser escuchada, de que nos pongamos en su lugar. El monitoreo debería permitirles a las compañías eso: Escuchar a sus clientes, proveedores, usuarios, líderes de opinión, para poder ponerse en su lugar y resolver los problemas, con el fin de brindar mejores servicios y alcanzar el mayor grado de satisfacción posible. Nos otorga la alternativa real y palpable de la mejora continua sobre la base de las opiniones de aquellos que se vinculan con nuestra marca.


En definitiva, ¿Quiénes deberían recibir este informe? Personalmente considero que todos los integrantes de la compañía deberían hacerlo. No es más ni menos que la recopilación de información pública a la que cualquiera puede tener acceso. La única diferencia radica en que está ordenada y configurada para su mejor interpretación.

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